
Respirar, suspirar, expirar cuando parece que tocamos y somos tocados, ante la inminencia del contacto, son modos espirituales, maneras del viento. ¿Y acaso no proviene de esa gama de palabras la vieja inspiración poética? Movido por una pasión, guiado por una maestría expresiva y un sobrio despliegue narrativo, atento a lo que respiró a su lado, el poeta Bossi encuentra el aliento que lo hace escribir, ese movimiento continuo de un aire mental que sopla en las palabras y las vuelve eficaces.
Silvio Mattoni