Del coyote al correcaminos (editorial Folía) – 2007/2010

Tierno, altanero, viril: este libro se alza desde el sitio de la diferencia.

Osvaldo Bossi desciende al umbral de su infancia y construye, con los residuos de una mitología tele visiva, vuelta popular por la recreación de múltiples lecturas, un libro de amor. Teje y asume a sus héroes desde el revés de la trama visible, cargando sus rostros de una dulce humanidad que tritura los paradigmas de cartón prensado.

Estos poemas no piden disculpa. Celebran desde la fiesta y el dolor. Por momentos parecen rozar el melodrama, pero se escapan a tiempo con una vuelta de tuerca casi epigramática, donde ironía e impulso lírico trabajan juntos, haciendo del basurero, o del lugar común, una imaginería verbal que encarna emociones resplandecientes.

Cribados por la poética del rock and roll, los mejores poemas de este libro toman por asalto las distintas retóricas disponibles con una voz original, audaz, hablada desde el cuerpo que demanda al yo que lo historiza, para dar cuenta del deseo y de los límites franqueables que lo enceldan.

Poemas también escritos para seducir al mundo.

Pocas veces he leído un texto como el que abre este libro (Dilema se llama) donde en quince líneas sostenidas aparece once veces la palabra “verga», semantizada de manera múltiple, como una maquinaria lúdica que ametralla rítmica y aliterativamente al Censor, para caer, metonímica, como un guante o el pétalo de una flor, sobre el cuerpo amado, sobre su «verga tangible».

La memoria recorta situaciones y objetos que vuelve a signar en el seno de una estructura narrativa consciente. Allí el balbuceo frenético que atenta contra la ley del lenguaje se organiza, volviéndolo cuerpo, y no cadáver reproductor de una experiencia previa. Saludo este libro desde el lugar en que el autor me lo pide a mí, una escritora mujer, que lo lea: desde el sitio de la diferencia.

Diana Bellessi